Un emocionante partido, en el que los dos equipos pusieron todo su saber, en vencer al contrincante, estrategia normal en un partido de fútbol; lo que no me pareció tan normal, fue la actitud de algunos aficionados del equipo de La goleta, pues a mi modesto entender, dejó mucho que desear, porque llegado un momento perdió los estribos, llegando incluso a agredir verbalmente, a algunos niños que de forma muy educada intentaban animar al Bañaderos.
Pienso que los adultos, debemos transmitir a nuestros menores, otro tipo de argumentos deportivos y valores humanos, pues aunque todos deseamos que nuestros equipos sean los vencedores, cuando las circunstancias, son adversas, debemos hacer todo lo posible, para de forma civilizada aceptar la realidad, y no actuar de forma agresiva, sobre todo, en estos casos, que se trata de niños.
A ese adulto que al oir a un niño aupar a su equipo, le dijo que se callara o le daba una ostia, le digo que si no se encuentra capacitado para relacionarse de forma civilizada en un campo de fútbol, que se quede en su casa, ya que con esa actitud, lo único que está haciendo, es fomentar el odio entre nuestros niños, cosa que debemos erradicar de nuestra sociedad, porque el deporte debe ser un deporte noble y de buenas intenciones, y no debemos convertirlo en otra cosa que no sea eso. Además la táctica de los familiares de esos niños, tanto de un equipo como de otro, es educarlos en valores, al margen de que por supuesto, a todos nos gustaría que siempre ganara nuestro equipo.
Fotos y texto: Juan José Rodríguez Sosa
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